La vida y todas las cosas existentes en ella se manejan por ciclos; no es nuevo mencionarlo.
Y a veces, terminar un ciclo para comenzar otro, resulta algo difícil... Se maduran las ideas, cambian los hábitos; incluso en ocasiones hasta las amistades cambian, ya sea por reemplazo o por el hecho de que las actividades que se solían hacer en grupo ya no son las mismas, o ya no se sienten igual... Por eso es que a veces el salto de ciclo se complica; por la confusión resultante al enfrentar al cambio.
Pero hay que hacerlo... hay que continuar siempre hacia adelante... Así es como funciona.
Siempre ha sido así, siempre lo hemos vivido así. Solo que nuestros saltos de ciclo han sido inconscientes... Ah, pero cuando se hacen a consciencia tienen un sabor muy diferente, como que se aprecia dentro de uno mismo a eso que llaman "madurez". Siempre con la incertidumbre de si es, fue o será "madurez"... o no.
En la visión del universo que me toca vivir, he sentido la última vuelta cuesta arriba, teniendo presente durante gran parte del tiempo, que no es para tanto... por lo menos. Otras veces desespero, e incluso, otras más me muevo en vaivén y llanto.
Lo bueno de todo es que no hay yang sin ying. También he caminado de bajadita de vez en vez. He tenido buenas experiencias y diversión por estos días; gracias por mucho al Festival Internacional Chihuahua, a los amigos y varios detalles que está por demás nombrar.
Jueves 28.
A ritmo de un rock-jazz progresivo italiano, traía el corazón balanceándose sobre un hilo flojo. No por la banda; Premiata Forneria Marconi estuvo de perlas. Lástima que no lo disfruté del todo, para después terminar desplomándome en un bar, poco antes de contemplar un conocido scremo-punk-rock mal digerido.
Sábado 30.
Sentimientos y remembranzas pre-juveniles hicieron arribo a nuestras un tanto viejas estructuras.
Molotov tenía al power mexicano moviendo cabezas, saltando de emoción, agitando manos de 3 cuernos, gritando maldiciones sin razón, cantando a volumen desgarrador de gargantas, y haciendo que valiera la pena esperar por el fin del veto a su presentación en mi ranchito.
Luego un cortón. Algún pendejo desconectó el sonido... y durante bastantes minutos el silencio y la confusión se fueron apoderando de nosotros la audiencia. Y a no ser porque un intenso olor a mostaza cubrió a la multitud, tal vez se habría puesto feo.
Después volvimos a disfrutar del slam y el sentir valemadroso otro largo rato. En verdad valió la pena.
Lunes 2.
Convención de geeks y frikis en el Club de Leones. Aproveché para sacar al que llevo dentro, sólo para darme cuenta de que ya no sé qué pasa con los cómics... me desconecté demasiado, y perdí el sendero... Ni pedo.
Miré de cerca al verdadero señor Burns. Vi cómo se ganaba la vida un wey pintando dibujitos en photoshop (envidiable empleo); también modelos disfrazadas (yummy); playeras, calcas, pósters, pinturas de un viejo conocido (excelentes)... y al final: pa' afuera.
María Daniela y su sonido Lasser quitaron a Spiderman y a dos muchachonas del escenario. Me impresionó, yo esperaba lo peor y solamente fue malo, mas no pésimo. "Es como un teibol... pero de día" dijo el Wally... y tenía razón.
Miércoles 4.
Llegamos tarde para contemplar a los "adivinos de nubes"... Pero justo a tiempo para quedar maravillados de sopetón con el espectáculo del Studio Festi.
A oscuras, mujeres jugando con fuego, una mágica danza aérea, una historia de ensueño y los ojos de cientos de personas completamente abiertos y fascinados. Fue poco, pero me gustó en verdad.
Viernes 6.
Joaquín Cortés no se presentó. Ni tampoco el lunes 9, contrariando a lo que los chismes prometieron.
Esos días la pasé muy mal... y obviamente, no por causa de Joaquín.
Viernes 13.
Jaguares ya no es lo que era. Tanto para el mundo como para mi gusto personal. Se perdió la magia, o por lo menos ese día así fue como pasó... no entraré en detalles.
Y a veces, terminar un ciclo para comenzar otro, resulta algo difícil... Se maduran las ideas, cambian los hábitos; incluso en ocasiones hasta las amistades cambian, ya sea por reemplazo o por el hecho de que las actividades que se solían hacer en grupo ya no son las mismas, o ya no se sienten igual... Por eso es que a veces el salto de ciclo se complica; por la confusión resultante al enfrentar al cambio.
Pero hay que hacerlo... hay que continuar siempre hacia adelante... Así es como funciona.
Siempre ha sido así, siempre lo hemos vivido así. Solo que nuestros saltos de ciclo han sido inconscientes... Ah, pero cuando se hacen a consciencia tienen un sabor muy diferente, como que se aprecia dentro de uno mismo a eso que llaman "madurez". Siempre con la incertidumbre de si es, fue o será "madurez"... o no.
En la visión del universo que me toca vivir, he sentido la última vuelta cuesta arriba, teniendo presente durante gran parte del tiempo, que no es para tanto... por lo menos. Otras veces desespero, e incluso, otras más me muevo en vaivén y llanto.
Lo bueno de todo es que no hay yang sin ying. También he caminado de bajadita de vez en vez. He tenido buenas experiencias y diversión por estos días; gracias por mucho al Festival Internacional Chihuahua, a los amigos y varios detalles que está por demás nombrar.
Jueves 28.
A ritmo de un rock-jazz progresivo italiano, traía el corazón balanceándose sobre un hilo flojo. No por la banda; Premiata Forneria Marconi estuvo de perlas. Lástima que no lo disfruté del todo, para después terminar desplomándome en un bar, poco antes de contemplar un conocido scremo-punk-rock mal digerido.
Sábado 30.
Sentimientos y remembranzas pre-juveniles hicieron arribo a nuestras un tanto viejas estructuras.
Molotov tenía al power mexicano moviendo cabezas, saltando de emoción, agitando manos de 3 cuernos, gritando maldiciones sin razón, cantando a volumen desgarrador de gargantas, y haciendo que valiera la pena esperar por el fin del veto a su presentación en mi ranchito.
Luego un cortón. Algún pendejo desconectó el sonido... y durante bastantes minutos el silencio y la confusión se fueron apoderando de nosotros la audiencia. Y a no ser porque un intenso olor a mostaza cubrió a la multitud, tal vez se habría puesto feo.
Después volvimos a disfrutar del slam y el sentir valemadroso otro largo rato. En verdad valió la pena.
Lunes 2.
Convención de geeks y frikis en el Club de Leones. Aproveché para sacar al que llevo dentro, sólo para darme cuenta de que ya no sé qué pasa con los cómics... me desconecté demasiado, y perdí el sendero... Ni pedo.
Miré de cerca al verdadero señor Burns. Vi cómo se ganaba la vida un wey pintando dibujitos en photoshop (envidiable empleo); también modelos disfrazadas (yummy); playeras, calcas, pósters, pinturas de un viejo conocido (excelentes)... y al final: pa' afuera.
María Daniela y su sonido Lasser quitaron a Spiderman y a dos muchachonas del escenario. Me impresionó, yo esperaba lo peor y solamente fue malo, mas no pésimo. "Es como un teibol... pero de día" dijo el Wally... y tenía razón.
Miércoles 4.
Llegamos tarde para contemplar a los "adivinos de nubes"... Pero justo a tiempo para quedar maravillados de sopetón con el espectáculo del Studio Festi.
A oscuras, mujeres jugando con fuego, una mágica danza aérea, una historia de ensueño y los ojos de cientos de personas completamente abiertos y fascinados. Fue poco, pero me gustó en verdad.
Viernes 6.
Joaquín Cortés no se presentó. Ni tampoco el lunes 9, contrariando a lo que los chismes prometieron.
Esos días la pasé muy mal... y obviamente, no por causa de Joaquín.
Viernes 13.
Jaguares ya no es lo que era. Tanto para el mundo como para mi gusto personal. Se perdió la magia, o por lo menos ese día así fue como pasó... no entraré en detalles.