Quiero lamerte el alma en un desliz de estrategias, que se obstruyan los sentidos y se mueran los tiempos, quiero anclar en tu cabello el sueño de mis ojos, que se derrame el olvido entre tus dedos.
Creo que tengo un capullo vacío de tus labios, creo que muero, que me puedo extraviar en tus palabras.
Quiero evitar el futuro, no quiero surcar el capricho banal de los dioses si no me quedo en tu pecado; que la suciedad de la ambición impregne el hastío nocturno de mortales; que el murmullo pretencioso del deseo haga mella en tus oídos; quiero surcar tu alma con los residuos constantes de la mía, que la vibración del sentido te traiga a mí en un trance de sueños; que se anule el mundo por error divino y el arrepentimiento deje de ser excusa para justificar el caos.
No tengo remordimientos, te tengo a ti.
Quiero que se quede la muerte suspendida en un conjunto de absurdos creados por ti, creados por mí...
Hoy quiero -¡hacía tanto que no!- quiero lamerte el alma.
para Mí.