"... vieron a través de la ventana que estaba cayendo una llovizna de minúsculas flores amarillas. Cayeron toda la noche sobre el pueblo en una tormenta silenciosa, y cubrieron los techos y atascaron las puertas, y sofocaron a los animales que durmieron a la intemperie. Tantas flores cayeron del cielo, que las calles amanecieron tapizadas de una colcha compacta, y tuvieron que despejarlas con palas y rastrillos para que pudiera pasar el entierro."
- Gabriel García Márquez
Cien años de soledad
- Gabriel García Márquez
Cien años de soledad
Dijeron que llegaría solamente al domingo, pero él resistió hasta el lunes.
Era testarudo, gruñón, fuerte, severo con sus hijos y sobradamente cariñoso con sus nietos. Era mucho más. Era de la Luz. El sonido de su voz tenía una cierta e indescifrable característica al reír -y al maldecir-, que presiento quedó perenne para mi mente y alma. Doy gracias por eso. Era albor de antes del alba y luz para mí, desde siempre lo fue.
Era testarudo, gruñón, fuerte, severo con sus hijos y sobradamente cariñoso con sus nietos. Era mucho más. Era de la Luz. El sonido de su voz tenía una cierta e indescifrable característica al reír -y al maldecir-, que presiento quedó perenne para mi mente y alma. Doy gracias por eso. Era albor de antes del alba y luz para mí, desde siempre lo fue.
Es de Luz ahora...
Sabemos que estás en paz; se te notaba.
Descansa abuelo.
Descansa abuelo.